
Hello I Am David!
La película Shine usó un (oscarizado) actor. Este documental pone la cara real. David Helfgott, pianista australiano, sufrió un colapso nervioso a los veinticuatro años y pasó los once siguientes en instituciones psiquiátricas. Hoy es ese peculiar intérprete de clásica: un señor risueño, cándido, perpetuamente sobreexcitado, pulgares arriba a todo, presentándose a cada transeúnte.
Hello I’m David explora las fronteras entre cordura y locura, y entre esta última y la creación de arte. El cerebro de David Helfgott es tan agotador como excitante; su mente es un puzle que yace desperdigado por el suelo. Y en algunas de esas piezas, cuando sí encajan, yace el talento. ¿Cómo conjugar las imágenes del David seminudista, abrazador compulsivo, cleptómano afable (de té), pesadilla de los controladores de aeropuerto (y de su sufrida esposa) con las de ese músico que “no sabe lo difíciles que son las piezas que escoge” y sin embargo las interpreta sin un solo fallo? El documental no se ancla en archivo ni arqueología: solo nos muestra al hombre como enfermo + genio. Porque “el mundo necesita a los raros (...) a la gente que anda a otro ritmo”. Porque hay locuras que no deben curarse. Genio, cordura, trauma (la culpa fue del padre, como suele suceder) y la música como salvavidas.
Dirección: Cosima Lange
Alemania, 2015















