Integral para piano de Beethoven (2a parte)
Entre el concierto número 1 de Beethoven y el número 5 hay 15 años de distancia, pero también una eternidad en la evolución del instrumento. En 1795 el autor disponía de un instrumento de 60 teclas, mientras que en 1809 ya tenía uno de 72. Beethoven vivió el momento de máximo esplendor en la evolución tecnológica del piano: mejora en los materiales, en la caja armónica, en las cuerdas, en los pedales... Una auténtica carrera de la ciencia que Beethoven aplicó a la expresión musical: «¡Los fabricantes me rodean con ansiedad para fabricarme un pianoforte como yo quiero!». El concierto número 1 le sirvió para presentarse en sociedad con un lenguaje claramente clásico, pero pronto llegarían las innovaciones y la consolidación del auténtico estilo heroico de Beethoven. Después del estreno del concierto número 4, en el que constató que ya no podía tocar más en público a causa de la sordera, todos pensaron que no escribiría ninguno más. Pero Beethoven no se amilanó y presentó al mundo el concierto «Emperador», la obra más espectacular vista hasta el momento. Un crítico lo dejó claro: «Es el concierto más difícil de todos los existentes». Una obra monumental, enérgica, vital, cargada de buen gusto y de una exigencia virtuosística extrema.
Piano: Paul Lewis
Franz Schubert Filharmonia
Director: Tomàs Grau
L. van Beethoven: Obertura Coriolano, op. 62
L. van Beethoven: Concierto para piano y orquesta núm. 1, do mayor, op. 15
L. van Beethoven: Concierto para piano y orquesta núm. 5, en mi bemol mayor, op. 73, «Emperador»
España, 2021